Ya en casa se me ocurre
mientras guardo nuestros garabatos en un cajón
para nunca mirar más
para recordar,
que quizá conmigo haces lo de los hielos.
Damos vueltas hasta perdernos
al gusto de tus inquietudes:
En verano nos necesitas,
en invierno pide la costumbre.
Y encuentras hielos en un vaso de café
que ya no te apetece frío.